martes, 29 de diciembre de 2009

Al pan, pan. Al vino, llene la copa. Happy New Year!

Como dijo una gran amiga a quien le dedico estas palabras: Pasalo, que no vuelva.

En el 2000 no colapsaron las computadoras.
Pero por x vez, por cuantos años tengas de vida, colapsaste vos.
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Chin Chin!
Resuenan las copas en tu cabeza, al ritmo que los viejos objetivos que te prometiste hace exactamente un año chocan estrepitosamente con los nuevos objetivos fresquitos, vírgenes de realidad y recubiertos en la misma materia de la que se compone la imagen que te hacés de tu propio cuerpo cuando ves esa fantástica bikini o ese precioso vestidito, y de alguna manera tu cintura se vuelve 10 cm más angosta y encajás perfectamente en él. Por lo menos hasta el momento en que entrás al probador con sus luces demoníacas que relucen cada deformidad y pozo que aparece aunque deba explorar hasta lo más recóndito de tu ser.

Y ahí una vez más, como cada año, esa mezcla de sensaciones te tira champagne..perdón, vino blanco espumante, en la cara para recordarte que hoy es el día para que con SUERTE recuerdes 2 de los miles, probablemente porque tampoco los cumpliste, de los objetivos que te propusiste el año anterior, y los recicles en un nuevo pedido desesperado de "más de lo mismo".

Yo creo que esos objetivos son interesantes para escribirlos y releerlos un año más tarde, para recorrer de un pantallazo nuestro estado psicológico de hace un año y descubrir cuánto cambiaron nuestras aspiraciones y puntos de vista. Porque algo debieron de cambiar. (Si no cambiaron en un año, ponele onda a tu vida, y cambiate el nombre).

En fin, esto del año nuevo tampoco nadie me lo dijo antes, pero finalmente la vida buena onda, me baja línea en un primer cachetazo de viveza, y en honor a todas las Penélopes de este mundo, voy a proponer una nueva buena costumbre a incluir en el "Manual de Buenas Costumbres" del que todos hablan y que no se encuentra en ninguna Biblioteca, y mucho menos en la mesa de nadie, para que en lugar de ingerirse 12 uvas al punto de atragantarse mientras gritás los últimos segundos, y mientras aumentás 1 cm más de grasa (por si fuera poco, esas uvas ENGORDAN), yo opino que elimines de tu vida 12 idiotas.
12, en honor a cada hora (am y pm) y mes del año que desperdiciaste pensando en cómo agradarle a otro.

Este año, mientras brindás, apretá un simple DELETE (de tu celular, Facebook, msn y cuanta red social te hayas sumado persiguiéndolo, probablemente en un celular o aparatajo que te permitió hacerlo desde cualquier lugar, incluso desde la mismísima Cochinchina) y empezá tu año libre de pelotudez, de una vez por todas.

Después, aprovechás todas las caras besuconas que te abrazan y chocan las copas, mientras contenés el duelo de tu celular vacío e inútil.
Magia: 12 segundos y un fondo blanco más tarde, Año Nuevo, Vida Nueva.

Que como mucho después, al número desperzonalizado le contestás con un "¿Quién sos?".
Total, puede ser cualquiera de los 12 jinetes del Apocalipsis, y todas coincidimos en que nunca se merecieron algo mejor.


Feliz año nuevo, Stanger. Si todavía es feliz.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Penélope Re-loaded. Neo no sabía tejer, por eso le ganó la Matrix.

Y entonces, después de sabios consejos pasando por todos los aspectos de la vida, mamá remató:
"...Y con respecto al amor... de eso no tengo nada para decirte."

Si, mejor me quedaba en el útero. Es lo primero que podría pensar.

Pero en cambio, yo sí voy a decir algo.

Porque estaba pensando, retomando a mi amiga Penélope, la boluda que espera,
Que en realidad, qué habría sido de Homero (no, mi amado gato no, el otro) si su Penélope, en lugar de tejer y destejer por siglos, la hubiera hecho mejor, y terminada la primer bufanda, hubiera ido a comprarse otro ovillo, y otro y otro más, y muchos más, hasta convertirse en la mejor clienta del mercader vende lanas.
Y después, por ahí, su amante.
Y de paso, aprendiendo un poco, hubiera empezado a comercializar las bufandas, creando un Imperio, volviéndose bastante popular entre las que se quedaron esperando y descargan sus penas en la adquisición de bufandas.

Porque así, un día, cuando su amado hubiese regresado, a Penélope, la boluda que espera, le hubiera esperado esta vez otro panorama.
Por lo menos el panorama de las OPCIONES. ¿Qué tul?

"Opciones", esa cosa que no le pertenecen a las feministas, ni a los machistas (no los soporto por igual), sino a la persona libre. Los libres son pocos. Muy pocos.
Sentate, hacé un test barato y podemos apostar que en alguna quedás pegado.

Igual, pensaría otro, ¿Para qué queremos la libertad si no es para compartirla?
Paradójico. O no. Quizás el concepto está errado, por demasiado amplio se queda corto como short de mundial 86'.

Mejor dejarlo ahí, y quedarnos tranquilos, mientras que libre de pecados no cuente.
Yo, por lo menos, la piedra me la guardo en el bolsillo y la uso para prender alguna fogata.

AVE, soldado.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Lo que la ensalada no se llevó

Historias, todas. Qué buenas son las historias. Tienen eso que no es "¿Qué hiciste el finde?" sino que llegan a vos con una manufactura más interesante, la que con sucesivas consultas con la almohada se va poniendo mejor.

Vienen teñida del otro, a su manera, si, pero si la dejás, la historia te salpica, te mancha y se queda con vos para siempre.
En algún lugar, te doy mi palabra, se queda.

Y las mujeres no sólo juntamos muchas historias, sino que las compartimos, comida y bebida de por medio.

Y ahí tenés, amiga, el rollito de todas las historias que vas acumulando.

El que juntaste cuando te deprimiste, el que bajaste cuando te volviste a deprimir y el que recuperaste cuando ya no pudiendo contener la risa lo contaste con una decoración impecable alrededor de una mesa.

Moldealo, OK. Pero que se quede ahí.

Que cuando lo tengas enfrente, lo agarrás bien fuerte y a lo guaso le decís: ESTE, es para vos.

domingo, 15 de noviembre de 2009

No hay bien que por bien no venga

No creo en las casualidades. Pero que las hay, las hay.

Sería injusto dividir el mundo femenino en 2.
Pero supongamos que fuera injusta.

Está el bando de las que se arregla. Y el bando que no.
Así como está el bando de las lindas. Y las que no.
Y están las que están re podridas y las que no tanto.

A un flaco, encolumnándome, le pareció raro mi forma de ser.
Mi primer teoría del día fue pensar en que con aparatos fijos y un parche en la frente, tuve que agarrar la guitarra o estaba al horno.
Anecdótico a la metáfora lo que una gran y vieja amiga una vez me dijo que veía en mí: había aprendido a tocar la acústica, pero que ahora que agarraba la eléctrica la iba a romper.
La rompí, si, contra el escenario al estilo The Who.

Será que la vida me cruzó siempre con mujeres increíblemente valiosas, que no encuentro sentido a la sorpresa del amigo en cuestión.
Pero en charlas vacías de contenido, aunque muy entretenidas y recurrentes, finalmente manifestamos nuestra teoría de que las posibilidades de adquirir un novio antes de tener un microemprendimiento exitoso es casi indirectamente proporcional a la posibilidad de que aún descuidando nuestra imagen lo logremos.

Mi respuesta, hoy más clara, es que de alguna manera, el que se nos está cagando de risa en nuestra cara es el universo y todas sus galaxias y planetas, que nos nubló la mirada momentáneamente, redirigiendo nuestra energía a un expendedor de gas en plena ruta 2 un 15 de Enero, donde todos hacen cola para exprimirte las ganas de vivir, como mucho tomarse un café y marcharse sin propinas ni adiós.

Eso me recuerda a una tarde esquiando junto a mi papá.
Él me dijo que estaba preparada para la pista, y nos lanzamos nomás sobre la cuádruple. Re canchera.

A los 2 minutos de lanzarme, mis antiparras se nublaron, desaprendí todo, no escuché los gritos desesperados a mi alrededor y volé por los aires fuera de pista hacia un pequeño precipicio. Mullido gracias a dios.

Bajé haciendo culopatín. Y tomé chocolate caliente todo un día hasta que volví a clavar el canto.

Aprendí que no estaba lista y a ignorar los envalentadores ánimos ajenos, aún cuando la intención es buena.

Yo creo que a la inversa también puede suceder.
Pero cuando vas con la mira nublada, mejor bajar despacito, y con gracia a en camilla con nulas ganas de volver a intentarlo jamás.

De paso, tiré esas con toda la onda y me compré unas nuevas que no me silbaba ni el agua hirviendo.

martes, 10 de noviembre de 2009

Penélope, una mujer moderna

No vuelvas. Ya te olvidé.


Y uso tacones más altos.
Y llevo gas pimienta en la cartera.

domingo, 9 de agosto de 2009

Humanidad, brindo por eso.

Lesson 1 - Curso intensivo para ser feliz

Leí por ahí que si ya estás deprimido, las frases positivas envasadas no harán más que hundirte otro poco.

De la observación, deduzco las nuevas frases del 2000, auspiciadas por internet no sé cuántos megas, ya no llevo la cuenta.

"Si querés ser bueno e ir al cielo, deberás entender que el derecho de piso lo pagarás en la tierra."

"Ama como si nunca te hubiesen lastimado,
y rómpele el corazón como si nunca te lo hubiesen roto a ti."

"De la frivolidad he aprendido que puedes ser frívolo toda tu vida y morir frívolo y feliz."

Y como vamos a seguir el modelo educativo actual, no vamos a aprender nada más hasta fin de año, o hasta que se me cante a mi volver a postear.

Chin chin!

sábado, 2 de mayo de 2009

Mandamientos en tabla de planchar

Numeración y viñetas, accesorios imprescindibles cuando hay muchas ideas sueltas y pocas ganas de desarrollar.

  1. Vos necesitás demasiadas cosas, yo sólo te necesito a vos. Y hasta ahí.
  2. Las varitas mágicas no existen y el tamaño importa.
  3. Decí No cuando quieras decir No, y si-no, jodete.
  4. No hay monedas, no insista.
  5. "El buen gusto es algo que yo tengo, que vos tenés y que ambos sabemos que ellos no tienen."*
  6. Mañana será otro día, pero tampoco te va a llamar.
  7. Si te pinta, pinta. Si no pinta, pintamos. Si no sabés, coloreá.
  8. Mientras exista la palabra "Paciencia" van a seguir vendiéndose cigarrillos.
  9. Eso que vos llamás presentimiento, yo lo llamo 111.
  10. Si el fin del mundo es en el 2012, no sé que hacés leyendo esto.

10 bis) A mí no me digas nada, estoy haciendo exactamente lo que me gusta hacer.

De yapa: Cuando dije "Que tengas un buen día", lo que quise decir es que ojalá mañana sea soleado.
¡Buen día para todos!

Mi hermano lo acaba de leer y me dijo que esto parece una cadena de mails.

Matadme y volveré en Power Point.

*No recuerdo el autor, pero era el prólogo de un fantástico libro de decoración.

domingo, 19 de abril de 2009

Yo salí con Liza Minelli

A las divas de este mundo, que llegan y se van.
Y que sin volver también pueden volverse a ir.


Yo salí con Liza Minelli.
Escuché todas sus historias, aplaudí de pie, ovacioné, grité un bis.
Una más y no jodemos más.

Mentira.
Miento, y seguiré mintiendo. Y la nariz si me crece no me la veo.

Miento porque, si, voy a seguir jodiendo, mientras exista en mi mente la remota esperanza de vivir aunque sea algunos segundos más con Liza, mientras los desee profundamente, mientras sueñe, despierte y quiera seguir soñando.

Porque miento, y mentí, y seguiré mintiendo si digo que no presté atención a ninguna de sus palabras, con ingenuo interés, con profundo interés en que se conviertan en mías, suyas, nuestras.

Miento, y seguiré mintiendo, y jamás confesaré mi mentira escandalosa ante nadie.
Ni hoy, ni mañana, ni tampoco pasado.
Sonreiré, hacia delante y hacia el costado, como siempre, y como mejor sé hacer.
Tal vez como lo único que en verdad sé hacer.
Y seguiré mintiendo hasta que la mentira se apropie de mi vida, y se funda en mi sonrisa ensayada.

Yo salí con Liza Minelli, y creí en sus historias y en cada uno de sus actos hasta la última bocanada de aire.
La ilusión de que esta vez la función jamás se acabe, el contrato se rompa y sea eterna la dicha divina que me invade, mientras la parte pensante se queda afuera, y sigo sentada en mi butaca irracional.

Y sonrío.
Y sigo sonriendo. Estúpida, sonriendo, a Liza que también sonríe, como siempre, como nunca.
Sonrío a Liza que se va con el telón.
Sonrío a Liza que aún sueño con volver a ver.


(Se agradece su colaboración con un martillo)

El sábado me encontré con un viejo amigo con quien llevábamos años sin vernos.
Me preguntó por qué hacía tanto que no posteaba nada y le respondí que no quería seguir hablando de amor.
Me preguntó, entonces, ¿Por qué?
Después me tiró onda. (jaja te quiero)
Pero me quedé pensando. Y tiene razón.
Asique a él y a todos los que me bancan día a día van dedicadas estas palabras.
No son muchas, pero son mías.

martes, 24 de febrero de 2009

Regando los yuyos

"No me olvides"
dijiste, y no te olvide.

¿Cómo olvidarte?
Si no me llamás.
no me escribís.
no me hablás.
no me mirás.

Tengo un jardín lleno de flores, tarado.

No te olvido,
pero tampoco te extraño.