jueves, 20 de noviembre de 2008

La Isla de los Witties

Hay juegos de los que uno no se cansa de jugar.
Hasta que se cansa.
Ja! Me llevo un premio Clarín por tremenda conclusión.
Hay juegos como el truco, que se aprenden de más chico y se juegan toda la vida, aunque ahora no está tan de moda como en otras épocas.
Ahí aprendimos a mentir un poquito. Sólo un poquito, con el mínimo riesgo de perder algún envido, con mala suerte un real, y sólo un arriesgado, acelerado, y codicioso perdía un falta envido con nada en la mano. Grave, gravísimo.
Ahora, el truco, el retruco y el quierovalecuatro, cargaban con una mayor emoción, aún cuando los puntos que sumaban no eran tantos. Ejemplo de significancia si las hay, creo yo.
Pero lo más valioso y rescatable es la fidelidad a unos pocos: no se le miente a todo el mundo en este juego. Siempre hay uno o dos que conocen la verdad frente a tus ojos. Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia.

En algún punto, el desinformado es el enemigo, o el que no convenga que sepa.
Condenados por ley a usar todo lo que digas en tu contra. Eso y la suerte, que si acompaña con un ancho, mejor.
Bajo la manga, señores, es trampa. Lo sabemos como que la magia no existe.
Harry Potter y Hogwarts tampoco. Lástima. Yo hubiera ido a ese colegio.

Así pues, siempre hay 2 bandos en este mundo, enfrentados hasta el final. Donde el punto que se gana es un punto que el otro no podrá ganar, aunque tampoco restar. Algo así como una relación que se mantiene en el tiempo por costumbre: es un partido eterno: Aburrido.
Pero también están los que llegan hasta el final con la emoción de no saber quién ganará. Y al final todos ganan, aunque sea en diversión: Un partido memorable.
Y, por último, y a un costado, están los que siempre se quejan por las cartas que tocan. Cuando muchos que leen sabrán, y han ganado, con poca suerte y MUCHO ARTE.

Al final, entonces, lo peor que puede suceder, es encontrarse frente a jugadores demasiado concentrados en ganar, sin disfrutar del proceso.
Los 30 tediosos, que sumen por sumar y que esto se termine ya.
Y entonces, cuando la pasión muere, uno comienza a pensar en bajarse y abandonar.
Será que para jugar a gusto, al final, habrá que encontrar cómplices y competencia con intereses similares.
Y por sobre todo, con algo más tibio que jugo de tomate frío, como decía Manal.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

50 FIRST DATES

Para el que no vio esta comedia romántica, simplemente trata de una chica que pierde la memoria, y todas las mañanas se levanta creyendo que es el mismo día, sin recordar nada de lo que vivió el día anterior.
Un chico se enamora de ella, y todos los días, "Como si fuera la primera vez" (para los que la vean por TELEFE algún día, ahí está la traducción, esta vez no tan bizarra como muchas otras malísimas traducciones) intenta enamorarla. No les voy a contar el final, por razones obvias.


Pero estamos hablando de una comedia romántica Hollywoodense, no del cine de Almodóvar, ni de Nikita versión francesa. Por lo cual los finales, son lindos y trillados. Y aún así nos sacan una sonrisa. Y un suspiro. Y una sonrisita más. Y apagamos el televisor, porque, hola, boludita, por si no te diste cuenta, es tu historia.


Si, la historia de siempre, que vos, amiga, ves un flaco por primera vez, y te encantó. Y entonces un día le das un beso, para que al otro día ni se acuerde de vos.
Pero vos sí que te acordás. Y llega el fin de semana (si no estuviste esperando desesperadamente a que te agregue a su messenger, unos días después en la semana, obvio, para que tengas una conversación super berreta, pero logres sonsacarle donde va a estar el fin de semana, y arrastres, aunque sea necesaria la fuerza, a tus amigas ahí).
Y te lo encontrás, de nuevo. Bah, "encontrar": tropezar nada casualmente donde él está, mostrando tu mejor sonrisa bien practicada frente al espejo, el mejor perfil, la mejor postura, mirando hacia otro lado, pero con ojos por toda tu espalda enfocando fijos hacia ese lugar.
Y, si estás inspirada y él tiene ganas, te lo vas a volver a chapar. Creeme, eso puede durar años.
Te va a mandar un mensajito alguna vez, y al otro día se va a volver a olvidar de vos.

Y vos, inspirada en todas esas películas que seleccionás especialmente para ver de toda la ¿inmensa? y ¿variada? programación, todas esas historias que conocés, desde que empezaste con La Bella y la Bestia, La Bella Durmiente, La Cenicienta y hasta Pocahontas, todas las temporadas del viejo Chiquititas, pasando todavía por algún día que te quedaste en casa y aunque ya sos una chica grande, que trabaja, o que estudia, o ambas, igual tenés tiempo, vaya a saber cómo, para tener una mínima idea de qué se trata Casi Ángeles.
Vos aprendiste muy bien, y entonces, podés una noche ser la chica de los besos más dulces, otra la de los más apasionados, otra la más indiferente, otra la más liberal, intentando que algún día él recupere su memoria a corto plazo y se levante pensando en vos.


No, si estás esperando que te diga que eso nunca sucederá, me ofendería. ¿O acaso me viste cara de previsible guionista de Hollywood?
No te voy a decir que eso no va a pasar, porque ¿qué sentido tiene que te lo diga? Seguramente, a esta altura, ya eso te pasó por la cabeza.
Lo que yo me pregunto es ¿Qué tan enamorada realmente estás como para desear que se levante pensando en vos? Quizás, entre tanto cacareo ese gallo rebelde no es más que eso. O quizás no.

Y así, te dejo un final abierto, para que sigas intentándolo, en nombre del salmón, y para Freud que lo mira por TV, porque ¡vos sí que sabes lo que querés! Y el pobre que se murió creyendo que no.
Andá, corre, a ver si es el amor de tu vida en verdad, y como alguien alguna vez dijo, y bien nos han enseñado, "persevera y triunfarás".


Increíble. Es increíble lo que memorizamos desde chicos sin leer la letra chica.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Aquí me pongo, con resaca, a cantar

Sólo un domingo terriblemente resacoso puede a uno acercarlo a sentir 1/8, quizá menos, de lo que sintió el Martín Fierro.

Hablando de Martins, habría que escucharlo más a Ricky y a su Livin' la Vida Loca.


Aquí me pongo a cantar
Al compás de la vigüela,
Hay caminante
Hay camino
No me vengan
Con el chamuyo del andar.

Y si el camino
Te camina, caminante
No persigas
Al que a la fuerza
Por arriba te ha de pasar
Caminante, hay caminos
Que mejor no caminar.

Caminante, hay camino
No confundas
Con ruta nacional
Hay baches malparidos
Demasiado recorridos
Y es naturaleza de ruta
Traer y llevar.

Caminante, no hay bueyes perdidos
Todos vamos al mismo lugar.
El camino termina, caminante, para vos y yo igual.

Iba a decirte, caminante,
Que no es quien llega
Sino quien sonrie al llegar.

Caminante
Hay camino.
Y nacemos para arribar.

Pero que la línea no te sorprenda, caminante,
Rogando por unos kilómetros más.