domingo, 19 de abril de 2009

Yo salí con Liza Minelli

A las divas de este mundo, que llegan y se van.
Y que sin volver también pueden volverse a ir.


Yo salí con Liza Minelli.
Escuché todas sus historias, aplaudí de pie, ovacioné, grité un bis.
Una más y no jodemos más.

Mentira.
Miento, y seguiré mintiendo. Y la nariz si me crece no me la veo.

Miento porque, si, voy a seguir jodiendo, mientras exista en mi mente la remota esperanza de vivir aunque sea algunos segundos más con Liza, mientras los desee profundamente, mientras sueñe, despierte y quiera seguir soñando.

Porque miento, y mentí, y seguiré mintiendo si digo que no presté atención a ninguna de sus palabras, con ingenuo interés, con profundo interés en que se conviertan en mías, suyas, nuestras.

Miento, y seguiré mintiendo, y jamás confesaré mi mentira escandalosa ante nadie.
Ni hoy, ni mañana, ni tampoco pasado.
Sonreiré, hacia delante y hacia el costado, como siempre, y como mejor sé hacer.
Tal vez como lo único que en verdad sé hacer.
Y seguiré mintiendo hasta que la mentira se apropie de mi vida, y se funda en mi sonrisa ensayada.

Yo salí con Liza Minelli, y creí en sus historias y en cada uno de sus actos hasta la última bocanada de aire.
La ilusión de que esta vez la función jamás se acabe, el contrato se rompa y sea eterna la dicha divina que me invade, mientras la parte pensante se queda afuera, y sigo sentada en mi butaca irracional.

Y sonrío.
Y sigo sonriendo. Estúpida, sonriendo, a Liza que también sonríe, como siempre, como nunca.
Sonrío a Liza que se va con el telón.
Sonrío a Liza que aún sueño con volver a ver.


(Se agradece su colaboración con un martillo)

El sábado me encontré con un viejo amigo con quien llevábamos años sin vernos.
Me preguntó por qué hacía tanto que no posteaba nada y le respondí que no quería seguir hablando de amor.
Me preguntó, entonces, ¿Por qué?
Después me tiró onda. (jaja te quiero)
Pero me quedé pensando. Y tiene razón.
Asique a él y a todos los que me bancan día a día van dedicadas estas palabras.
No son muchas, pero son mías.