jueves, 14 de julio de 2011

martes, 29 de diciembre de 2009

Al pan, pan. Al vino, llene la copa. Happy New Year!

Como dijo una gran amiga a quien le dedico estas palabras: Pasalo, que no vuelva.

En el 2000 no colapsaron las computadoras.
Pero por x vez, por cuantos años tengas de vida, colapsaste vos.
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Chin Chin!
Resuenan las copas en tu cabeza, al ritmo que los viejos objetivos que te prometiste hace exactamente un año chocan estrepitosamente con los nuevos objetivos fresquitos, vírgenes de realidad y recubiertos en la misma materia de la que se compone la imagen que te hacés de tu propio cuerpo cuando ves esa fantástica bikini o ese precioso vestidito, y de alguna manera tu cintura se vuelve 10 cm más angosta y encajás perfectamente en él. Por lo menos hasta el momento en que entrás al probador con sus luces demoníacas que relucen cada deformidad y pozo que aparece aunque deba explorar hasta lo más recóndito de tu ser.

Y ahí una vez más, como cada año, esa mezcla de sensaciones te tira champagne..perdón, vino blanco espumante, en la cara para recordarte que hoy es el día para que con SUERTE recuerdes 2 de los miles, probablemente porque tampoco los cumpliste, de los objetivos que te propusiste el año anterior, y los recicles en un nuevo pedido desesperado de "más de lo mismo".

Yo creo que esos objetivos son interesantes para escribirlos y releerlos un año más tarde, para recorrer de un pantallazo nuestro estado psicológico de hace un año y descubrir cuánto cambiaron nuestras aspiraciones y puntos de vista. Porque algo debieron de cambiar. (Si no cambiaron en un año, ponele onda a tu vida, y cambiate el nombre).

En fin, esto del año nuevo tampoco nadie me lo dijo antes, pero finalmente la vida buena onda, me baja línea en un primer cachetazo de viveza, y en honor a todas las Penélopes de este mundo, voy a proponer una nueva buena costumbre a incluir en el "Manual de Buenas Costumbres" del que todos hablan y que no se encuentra en ninguna Biblioteca, y mucho menos en la mesa de nadie, para que en lugar de ingerirse 12 uvas al punto de atragantarse mientras gritás los últimos segundos, y mientras aumentás 1 cm más de grasa (por si fuera poco, esas uvas ENGORDAN), yo opino que elimines de tu vida 12 idiotas.
12, en honor a cada hora (am y pm) y mes del año que desperdiciaste pensando en cómo agradarle a otro.

Este año, mientras brindás, apretá un simple DELETE (de tu celular, Facebook, msn y cuanta red social te hayas sumado persiguiéndolo, probablemente en un celular o aparatajo que te permitió hacerlo desde cualquier lugar, incluso desde la mismísima Cochinchina) y empezá tu año libre de pelotudez, de una vez por todas.

Después, aprovechás todas las caras besuconas que te abrazan y chocan las copas, mientras contenés el duelo de tu celular vacío e inútil.
Magia: 12 segundos y un fondo blanco más tarde, Año Nuevo, Vida Nueva.

Que como mucho después, al número desperzonalizado le contestás con un "¿Quién sos?".
Total, puede ser cualquiera de los 12 jinetes del Apocalipsis, y todas coincidimos en que nunca se merecieron algo mejor.


Feliz año nuevo, Stanger. Si todavía es feliz.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Penélope Re-loaded. Neo no sabía tejer, por eso le ganó la Matrix.

Y entonces, después de sabios consejos pasando por todos los aspectos de la vida, mamá remató:
"...Y con respecto al amor... de eso no tengo nada para decirte."

Si, mejor me quedaba en el útero. Es lo primero que podría pensar.

Pero en cambio, yo sí voy a decir algo.

Porque estaba pensando, retomando a mi amiga Penélope, la boluda que espera,
Que en realidad, qué habría sido de Homero (no, mi amado gato no, el otro) si su Penélope, en lugar de tejer y destejer por siglos, la hubiera hecho mejor, y terminada la primer bufanda, hubiera ido a comprarse otro ovillo, y otro y otro más, y muchos más, hasta convertirse en la mejor clienta del mercader vende lanas.
Y después, por ahí, su amante.
Y de paso, aprendiendo un poco, hubiera empezado a comercializar las bufandas, creando un Imperio, volviéndose bastante popular entre las que se quedaron esperando y descargan sus penas en la adquisición de bufandas.

Porque así, un día, cuando su amado hubiese regresado, a Penélope, la boluda que espera, le hubiera esperado esta vez otro panorama.
Por lo menos el panorama de las OPCIONES. ¿Qué tul?

"Opciones", esa cosa que no le pertenecen a las feministas, ni a los machistas (no los soporto por igual), sino a la persona libre. Los libres son pocos. Muy pocos.
Sentate, hacé un test barato y podemos apostar que en alguna quedás pegado.

Igual, pensaría otro, ¿Para qué queremos la libertad si no es para compartirla?
Paradójico. O no. Quizás el concepto está errado, por demasiado amplio se queda corto como short de mundial 86'.

Mejor dejarlo ahí, y quedarnos tranquilos, mientras que libre de pecados no cuente.
Yo, por lo menos, la piedra me la guardo en el bolsillo y la uso para prender alguna fogata.

AVE, soldado.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Lo que la ensalada no se llevó

Historias, todas. Qué buenas son las historias. Tienen eso que no es "¿Qué hiciste el finde?" sino que llegan a vos con una manufactura más interesante, la que con sucesivas consultas con la almohada se va poniendo mejor.

Vienen teñida del otro, a su manera, si, pero si la dejás, la historia te salpica, te mancha y se queda con vos para siempre.
En algún lugar, te doy mi palabra, se queda.

Y las mujeres no sólo juntamos muchas historias, sino que las compartimos, comida y bebida de por medio.

Y ahí tenés, amiga, el rollito de todas las historias que vas acumulando.

El que juntaste cuando te deprimiste, el que bajaste cuando te volviste a deprimir y el que recuperaste cuando ya no pudiendo contener la risa lo contaste con una decoración impecable alrededor de una mesa.

Moldealo, OK. Pero que se quede ahí.

Que cuando lo tengas enfrente, lo agarrás bien fuerte y a lo guaso le decís: ESTE, es para vos.

domingo, 15 de noviembre de 2009

No hay bien que por bien no venga

No creo en las casualidades. Pero que las hay, las hay.

Sería injusto dividir el mundo femenino en 2.
Pero supongamos que fuera injusta.

Está el bando de las que se arregla. Y el bando que no.
Así como está el bando de las lindas. Y las que no.
Y están las que están re podridas y las que no tanto.

A un flaco, encolumnándome, le pareció raro mi forma de ser.
Mi primer teoría del día fue pensar en que con aparatos fijos y un parche en la frente, tuve que agarrar la guitarra o estaba al horno.
Anecdótico a la metáfora lo que una gran y vieja amiga una vez me dijo que veía en mí: había aprendido a tocar la acústica, pero que ahora que agarraba la eléctrica la iba a romper.
La rompí, si, contra el escenario al estilo The Who.

Será que la vida me cruzó siempre con mujeres increíblemente valiosas, que no encuentro sentido a la sorpresa del amigo en cuestión.
Pero en charlas vacías de contenido, aunque muy entretenidas y recurrentes, finalmente manifestamos nuestra teoría de que las posibilidades de adquirir un novio antes de tener un microemprendimiento exitoso es casi indirectamente proporcional a la posibilidad de que aún descuidando nuestra imagen lo logremos.

Mi respuesta, hoy más clara, es que de alguna manera, el que se nos está cagando de risa en nuestra cara es el universo y todas sus galaxias y planetas, que nos nubló la mirada momentáneamente, redirigiendo nuestra energía a un expendedor de gas en plena ruta 2 un 15 de Enero, donde todos hacen cola para exprimirte las ganas de vivir, como mucho tomarse un café y marcharse sin propinas ni adiós.

Eso me recuerda a una tarde esquiando junto a mi papá.
Él me dijo que estaba preparada para la pista, y nos lanzamos nomás sobre la cuádruple. Re canchera.

A los 2 minutos de lanzarme, mis antiparras se nublaron, desaprendí todo, no escuché los gritos desesperados a mi alrededor y volé por los aires fuera de pista hacia un pequeño precipicio. Mullido gracias a dios.

Bajé haciendo culopatín. Y tomé chocolate caliente todo un día hasta que volví a clavar el canto.

Aprendí que no estaba lista y a ignorar los envalentadores ánimos ajenos, aún cuando la intención es buena.

Yo creo que a la inversa también puede suceder.
Pero cuando vas con la mira nublada, mejor bajar despacito, y con gracia a en camilla con nulas ganas de volver a intentarlo jamás.

De paso, tiré esas con toda la onda y me compré unas nuevas que no me silbaba ni el agua hirviendo.

martes, 10 de noviembre de 2009

Penélope, una mujer moderna

No vuelvas. Ya te olvidé.


Y uso tacones más altos.
Y llevo gas pimienta en la cartera.

domingo, 9 de agosto de 2009

Humanidad, brindo por eso.

Lesson 1 - Curso intensivo para ser feliz

Leí por ahí que si ya estás deprimido, las frases positivas envasadas no harán más que hundirte otro poco.

De la observación, deduzco las nuevas frases del 2000, auspiciadas por internet no sé cuántos megas, ya no llevo la cuenta.

"Si querés ser bueno e ir al cielo, deberás entender que el derecho de piso lo pagarás en la tierra."

"Ama como si nunca te hubiesen lastimado,
y rómpele el corazón como si nunca te lo hubiesen roto a ti."

"De la frivolidad he aprendido que puedes ser frívolo toda tu vida y morir frívolo y feliz."

Y como vamos a seguir el modelo educativo actual, no vamos a aprender nada más hasta fin de año, o hasta que se me cante a mi volver a postear.

Chin chin!